martes, 30 de agosto de 2011

La fábula del pastor

Existía un hombre que se había criado con un grupo de ovejas. Se encargaba de cuidarlas, o eso creía él, aunque la realidad es que eran las ovejas las que le protegían. Estaba tan acostumbrado su poca estatura que aprendió a mirar únicamente hacia abajo. Se pasaba todo el día viendo sus pies y los de las ovejas, ¡tanto, que olvidó qué era el sol, las nubes y las estrellas! Él sólo sabía de sus pies y sus ovejas, ¡qué feliz era con aquella vida!

De pronto un día, una de las ovejas comenzó a sentirse mal con sus compañeras. El pastor empezó a contarle cuentos, muchos, eran preciosos. En ellos, las gentes que se resignaban eran los mejores, los héroes... tanto, que en uno de esos cuentos, uno de los protagonistas moría y todos eran felices; incluso el muerto. Los amigos del fallecido se jactaban recordando las anécdotas de aquel héroe. De esta manera la oveja decidió que ella quería ser tan feliz como lo eran en los cuentos e intentó suicidarse.

Las otras ovejas se percataron, algunas se escandalizaron, otras al igual que el pastor la habían estado animando con sus comentarios y se hicieron las escandalizadas. El resultado, todas las ovejas se volvieron contra el pastor y decidieron abandonarlo. El pastor, que solo sabía de sus pies, olvidado del mundo y solo, comenzó a odiarlo todo, lo primero a sí mismo. Continuamente estaba buscando más ovejas a las que engatusar, de hecho aún lo hace hoy. Siempre las mismas mentiras, historias, ya oídas antes, que él mismo se atribuía siempre mirando a sus pies, con el cartel de la ignorancia colgando de su faz... todo lo que él decía era ley, dogma, nunca se equivocaba, ¿por qué? Sólo porque él lo decía, porque él no rendía cuentas con nadie, no conocía a nadie sólo sus pies, y ellos eran los más importantes.

Nuestro pastor se asentó después en una nueva comunidad, pero ésta, más que estar llena de ovejas, lo estaba de pastores. ¡Qué desdichado se sentía!, ¡nadie oía sus mentiras, nadie miraba sus pies!, ¿por qué todos miraban hacia el cielo, las estrellas? Sucedió que tuvo una fuerte discusión con uno de los pastores. El otro pastor estaba harto de las mentiras del protagonista y decidió hacer que levantara la cabeza de sus pies, pero él, terco, se negó, se ofendió y comenzó una campaña para desprestigiar al otro pastor, que impasible siguió con su vida. Al pastor le reconcomía esto, y no podía pasar un día sin mentar a su enemigo, sin culparle de todos sus problemas, era lo fácil, era como mirar sus pies.

Al final de su desdichada vida de soledad, una vida despreciable para todo aquel que ama de verdad la vida, a punto de morir, cayó de espaldas y por primera vez en su vida vio las estrellas, qué hermosas eran, podría estar toda una vida mirándolas... ¡ahora entendía aquello que el otro pastor le decía y que él negaba una y otra vez! En el último suspiro de aire que le quedaba giró la cabeza y vio su rostro reflejado en el agua... era el de una oveja. Por fin, quizás demasiado tarde, se percató de aquello que todos sabían, su vida había sido un camino de pasos en falso.

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